miércoles, noviembre 01, 2006

Sinfonía de un café


Las ruedas se desesperan hasta ser un punto fijo a simple vista. Un multicolor desfile de grandes hormigas motorizadas desfila ante mis ojos abiertos como dos grandes lunas llenas, inexpresivos y con la luminosidad tenebrosa de hacer por miles de millones de años el mismo papel secundario. Un suspiro atraviesa el cristal y flamea el visillo, acariciando las enredaderas de humo aromático enraizadas en la loza asfixiada por el tembloroso poder neurótico de mi mano adicta al dulce dolor que produce el calor excesivo, ese que hace a la piel hormiguear y saltar y partirse…Amargo dolor…

Mi nariz se humedece al besar el recipiente cilíndrico humeante. La cuchara dentro, hace su viaje interestelar por el borde, deslizándose en una lentísima y hermosa danza hasta colisionar irrespetuosamente contra mi mejilla; el brebaje lucha por besarme por dentro y mi piel interna corresponde a su amor. Labios y mandíbula se aflojan. Un escalofrío me escanea, mis manos se atrofian junto al sordo estruendo de los confines de la solución líquida descafeinada.

Ana Karina


1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola lana: cariños, bello tu blog......¿como estas? escribe a mi mail algun dia.......chaop...
........mely-

3:27 p. m.  

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