Ciclo afortunado

¿Por qué he de recorrer el camino
a solas, a tientas, a oscuras?
¿Cuántas veces no he dejado
que un soplo impropio me moldee
a su macabra voluntad?
Hemos nacido
y seguimos algún ciclo afortunado
que unió nuestros huesos,
nuestros poros y los ojos...
Nuestro 90% de agua...
Tus surcos encefálicos calzaron
con mis rugosidades cerebrales
y explotó una vida y explotó un universo,
mostrándonos con su colorido el camino.
Ya nunca más desconectar los corazones,
a pesar de algunos stand by...
Ya nunca más vestir de sable las palabras
que peregrinan hacia tu alma en expansión...
Y me arrodillo ante tus preciosidades
igual que tú, logrando una una excelente plaza
junto a ese señor que me golpea el pecho,
el mismo que teme tanto a la oscuridad
que provoca tu no- presencia.
(Ana Karina)
