Savia Alpina

El merengue eterno
de esas señoras
y sus escotes profundos
por donde escurre
su savia helada
la que intenta despertar
a esta auto- exiliada sin motivos políticos
de adorno,
con la sinceridad
más desnuda que nunca,
exhibiendo su corazón patiperro.
No bebí savia más pura
ni savia más viva
que aquella savia alpina
que intentaba romper
el cristal de mi ensueño.
(Ana Karina)
